- China adapta la tecnología de Occidente para expulsar a sus empresas
- Controlará los segmentos más rentables de las cadenas globales de valor
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China está intentando escapar de la trampa de ingresos medios. Si el dragón logra abandonar esta jaula figurada su fuego podría terminar calcinando a los países que le han dado de comer durante años. Europa, EEUU, Japón o Corea del Sur sufrirán de una forma directa la competencia del gigante asiático en la industria de alta tecnología, lo que puede repercutir en sus economías y mercados laborales.
Las reformas aperturistas aprobadas en China a partir de 1978 para sumarse a la globalización supusieron la entrada de cientos de millones de chinos a la fuerza laboral del mundo. Este hecho ha podido influir de forma considerable en la desaparición de determinados puestos de trabajo (casi todos rutinarios y de baja cualificación) en Occidente que se han trasladado hacia Asía en las últimas décadas, permitiendo a países como China salir de la pobreza y pasar a formar parte de los países con una renta per cápita media.
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