lunes, 26 de marzo de 2018

2018

León Bendesky - Periódico La Jornada
La carrera es vertiginosa y desigual. Al tiempo que crece la acción de los gobiernos para proteger la identidad y los datos de las personas, éstos se fugan sin cesar. Nosotros mismos facilitamos gran cantidad de información que se hace pública, en unas ocasiones porque lo exigen múltiples trámites; en otras, porque pensamos que es inocuo hacerlo y de forma tácita damos nuestro consentimiento.
También hay robos. Este es el caso del serio conflicto en el que se ha metido Facebook en relación con los 50 millones de datos sobre usuarios de esa plataforma y que extrajo la empresa Cambridge Analytica para influir en la propaganda política y tratar de orientar el voto en las pasadas elecciones, en este caso, de Estados Unidos.

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