- La abrupta apuesta del presidente por una guerra arancelaria choca con Wall Street, el Partido Republicano y su propio gabinete
Ya no es solo China, Europa, Canadá o México. La resistencia está ahora mismo dentro de la Casa Blanca. La abrupta vuelta de Donald Trump al nacionalismo económico y su empeño en una guerra arancelaria ha chocado con Wall Street, el Partido Republicano y su propio gabinete. La caída del influyente consejero Gary Cohn, una de las figuras más respetadas del Ejecutivo, es un indicador de esta involución. El presidente, otra vez, apuesta por las turbulencias.
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