Raymundo Riva Palacio - El Financiero
De lo que no puede atacarse o criticarse a Ricardo Anaya, es que carece de audacia y temeridad. Una y otra vez, como lo ha hecho por meses, se defiende retóricamente de acusaciones por corrupción. Ni el gobierno federal ni sus voceros en la prensa han podido mostrar la bala de plata que lo elimine, pero tampoco él ha mostrado documentación contundente que haga que los señalamientos queden en lo que señala reiteradamente, que se trata de una persecución política para sacarlo de la contienda presidencial.
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