Pues que la séptima ronda del TLCAN, no salió. El tratado parece tambalear y, hoy por hoy, tal como están las cosas, nadie debería alegrarse por ello. Aunque, de otra parte, ya sabemos que Donald Trump es un absoluto desvergonzado que tiene permanentemente voluntarias digresiones, no sólo en el discurso, sino también en las negociaciones de lo que sea, con un propósito calculado: marear a la perdiz, en este caso, principalmente, a los negociadores mexicanos y a sus jefes, los gobernantes que padece este país.
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