lunes, 19 de febrero de 2018

(1998-2018)

Jesús Silva Herzog- El Siglo de Torreón
Nuestro sistema de partidos nació en 1988. Está muriendo. Ya no existe ese arreglo que estructuraba la competencia a través de tres opciones ideológicamente distinguibles. Tres organizaciones con ambición presidencial que delineaban ofertas relativamente coherentes. En el centro estaba un partido ideológicamente amorfo y a sus flancos, un centroderecha y una centroizquierda. Sus emblemas eran
señales que ayudaban a orientarnos. Podíamos anticipar la posición del PAN en materia internacional o económica; era conocida la actitud del PRI frente a los sindicatos; se podían prever las críticas del
PRD al modelo económico. Brújulas para ubicarse en el caos de la política. El elector progresista tenía una  una opción, quien temía el riesgo, la suya.

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