En un mercado ganadero de México se venden reses y caballos maltratados o enfermos como si fueran chatarra
Su boca escupe sangre como un grifo roto. Y aunque no es la herida
más grave, ha decidido rendirse. Sobre el suelo de paja y heces yace un
caballo que se acaba de partir la mandíbula al ser lanzado desde una
altura de dos metros. Alrededor de él, dos hombres asestándole latigazos
para que se levante. El animal ni se estremece. Su espina dorsal tensa
hasta el límite la escamada piel marrón, llena de heridas. A unos metros
de la escena unos arcos blancos rezan en letras azules: “Bienvenidos al
mercado de San Bernabé”.
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