Alejandro Nadal / La Jornada
La guerra de precios
desencadenada por Arabia Saudita y otros de los miembros más poderosos
de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) va a
continuar y podría recrudecerse. Los efectos sobre la economía mundial
serán múltiples: hay países ganadores y otros perdedores. Los desajustes
internacionales serán parte de un proceso de profunda restructuración
de la economía global.
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