martes, 7 de octubre de 2014

TIEMPO DE DECIR ADIÓS

Raymundo Riva Palacio / El Financiero
El cuadro de descomposición en Guerrero va abriendo el camino para la desaparición de poderes en el estado. De manera sistemática, el gobernador Ángel Heladio Aguirre ha mostrado por largo tiempo su ineficacia como gobernante y su incapacidad por conducir un estado que le quedó grande. La puerta para un juicio político que lo destituya o una solicitud de licencia la abrió el caso de los estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa hace casi dos semanas en Iguala, y el descubrimiento de fosas clandestinas en esa comunidad. No hay pruebas científicas aún que vinculen los dos eventos, pero en términos de gobernabilidad, Iguala ya no es el determinante de la viabilidad del gobernador; no es síntoma de descomposición, sino una de sus consecuencias.
 

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