Rolando Cordera Campos /III y última / La Jornada
Si en el pasado se habló de
fallasdel Estado que
obligabana su reforma (sobredimensión de su aparato productivo; rentismo y corrupción; eficiencia sometida a la dictadura del capricho político de corto plazo, etcétera), ahora tendríamos que poner en el centro de ese inventario de fallas la incapacidad del Estado para generar visiones de futuro y de conjunto, así como para articular intereses encontrados y forjar una voluntad cooperativa y realmente mayoritaria, validable democráticamente, para recuperar el desarrollo como proyecto histórico. Sólo así, el Estado estará en condiciones de actuar por fuera y por encima del mercado para corregir sus fallas más aparentes y nocivas para el crecimiento y la equidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario