miércoles, 12 de marzo de 2014

UNA MUERTE POR DECRETO

Raymundo Riva Palacio / Eje Central
La vergüenza pública y el escarnio político es insuficiente para el ex presidente Felipe Calderón por haber presumido de manera sonora en diciembre de 2010 la muerte de Nazario Moreno, el líder de La Familia Michoacana, que sucedió en realidad tres años después. Hay responsabilidades penales que no pueden dejar de fincarse sobre varios funcionarios de su gobierno por incumplir leyes y códigos que tuvieron consecuencias nacionales. Matar por decreto a “El Chayo” Moreno, no es una mera anécdota de los fiascos propagandísticos Calderón. Es mucho más grave.

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