domingo, 30 de marzo de 2014

LECCIONES DE LAS REFORMAS DE PENSIONES EN AMÉRICA LATINA


No hay panacea; cada país debe aplicar los cambios más adecuados a sus características
Carmelo Mesa-Lago / El País
España y otros países europeos están implementando reformas “paramétricas” de sus pensiones públicas de seguridad social para hacerlas sostenibles en el largo plazo, frente al envejecimiento poblacional que de forma crucial aumenta los costes y reduce los ingresos del sistema. Opuestas a las reformas paramétricas, que intentan fortalecer un sistema público elevando las edades de retiro o ajustando las pensiones, las reformas “estructurales” cierran el sistema público y lo transforman, total o parcialmente, en privado. La reforma española ha generado gran controversia, pero lo mismo ocurre con la privatización de las pensiones que comenzó en Chile en 1981 y se extendió a 23 países, 11 de ellos en Iberoamérica. Los sistemas públicos se caracterizan por prestación definida (establecida por ley), financiación por reparto (con solidaridad intergeneracional) y gestión pública, mientras que los sistemas privados se distinguen por la cotización definida (porque se asume que no cambia en el tiempo), capitalización individual mediante cuentas individuales de ahorro, propiedad del asegurado, y administración privada con fines de lucro.

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