Paul Krugman / El País
Ahora mismo no parece haber ninguna crisis económica
importante y, en muchos sitios, los responsables políticos están dándose
palmaditas en la espalda. En Europa, por ejemplo, alardean de la recuperación
de España: el país parece en condiciones de crecer este año al menos al doble
de velocidad de lo que se había previsto. Por desgracia, eso se traduce en un
crecimiento del 1%, en vez del 0,5 %, en una economía profundamente deprimida,
con un 55 % de paro juvenil. El hecho de que esto pueda considerarse una buena
noticia pone de manifiesto lo mucho que nos hemos acostumbrado a unas
condiciones económicas terribles. Nos va peor de lo que cualquiera habría
imaginado hace unos años, pero la gente parece cada vez más dispuesta a aceptar
esta miserable situación como la nueva norma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario