jueves, 20 de marzo de 2014

UNA SUPERPOTENCIA (CON EL PIB DE ITALIA)




La actuación rusa en Crimea exuda toda la firmeza, ambición y pompa de una potencia imperial. Una acción militar sin complejos; discursos grandilocuentes en la espléndida sala de San Jorge del Kremlin; indiferencia desafiante ante las amenazas de represalias de Occidente: todas las piezas parecen encajar en el mosaico imperial. Pero por debajo de esas demostraciones de fuerza subyace una realidad llena de fragilidades.

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