Alberto Sierra Asensio*/Centro de Colaboraciones Solidarias
Karim Khan puede vivir para contarlo. El pasado 5 de febrero 20 hombres
armados, varios de ellos vestidos con el uniforme de la policía
pakistaní, lo secuestraron y se lo llevaron en coche, con los ojos
vendados, a un lugar secreto. Según la organización no gubernamental
británica Reprieve, Khan fue encadenado, torturado e interrogado en
repetidas ocasiones sobre sus investigaciones acerca de los bombardeos
con drones (naves aéreas no tripuladas) de la Agencia Central de
Inteligencia estadunidense (CIA, por su sigla en inglés) en Pakistán.
Gracias a la fuerte presión civil e internacional surgida desde su
desaparición, fue liberado 9 días después.
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