- López Obrador reivindica su ideario político durante la conmemoración de la Independencia ante 140.000 asistentes tras dos años de celebraciones solitarias por la pandemia
David Marcial Pérez - El País
El Zócalo se volvió a llenar tras los dos años aciagos de la pandemia. Esta vez sí, el corazón de Ciudad de México pudo conmemorar el inicio de la Independencia al calor de la multitud. El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la noche de este jueves el Grito ante una plaza abarrotada con casi 140.000 asistentes. Volvieron las ‘vivas’ de un acto protocolario y breve con poco margen para la improvisación. Pero donde suele caber siempre algún mensaje con el sello propio del presidente en turno. Este año, López Obrador encontró su hueco con una fórmula de contraste con los vítores tradicionales: “¡Muera el clasismo, el racismo y la corrupción!”.
Desde el balcón del Palacio Nacional, el alegato del presidente, que bien podría servir también como un slogan de campaña para la Cuarta Transformación, se mezcló con los vivas a Hidalgo, Morelos, Josefa Ortiz, Leona Vicario, las madres y padres de la patria, los héroes anónimos o el heroico pueblo de México. En su lista, López Obrador incluyó también otros destinatarios ya habituales en sus tres gritos anteriores: las “comunidades indígenas” y otros más universales como “la libertad”, “la justicia”, “la democracia” o “nuestra soberanía”.

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