- Vienen seis meses complejos, en los que todos los incentivos están puestos para la confrontación política, no para el acuerdo. El calendario del primer semestre anticipa mucha estridencia y pocas posibilidades de diálogo.
Ernesto Núñez
Por Ernesto Núñez Albarrán
El 2022 no empezará como un año de diálogo y grandes acuerdos políticos.
El calendario del primer semestre anticipa varios episodios de disputa del presidente Andrés Manuel López Obrador, su partido y sus simpatizantes, frente a los partidos de oposición, las autoridades electorales y aquellos a quienes ha colocado como sus adversarios (intelectuales y periodistas críticos, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil, universidades, empresarios no alineados…).
Por su propia naturaleza, el proceso de Revocación de Mandato dividirá al país entre simpatizantes y detractores de AMLO, y seguirá generando tensiones entre la 4T y el Instituto Nacional Electoral, con el Poder Judicial como el gran mediador.
El proceso electoral iniciado ya en seis estados tendrá varias fases de confrontación: las precampañas, entre enero y febrero; las campañas, en abril y mayo, y la jornada electoral del domingo 5 de junio. Con una previsible intervención del presidente, al menos a través de declaraciones mañaneras, Morena tratará de mantener su expansión territorial, mientras PRI y PAN lucharán por no seguir perdiendo territorios.
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