- Son las puertas giratorias del poder: expertos
- En su día, redactaron las leyes que ahora interpretan en defensa de las empresas
▲ Imagen de archivo, de diciembre de 2010, del entonces mandatario Felipe Calderón Hinojosa con Ignacio S. Galán, presidente de Iberdrola. Foto Cuartoscuro
Armando G. Tejeda, Corresponsal - Periódico La Jornada
Madrid. Las empresas energéticas en España son sinónimo de poder. Incluso algunos analistas aseguran que representan al poder absoluto, sin fisuras e implacable. Y se debe en gran medida a que desde que se inició el proceso de privatización, en un lejano 1988 y bajo la tutela del gobierno socialista de Felipe González, también se fueron incorporando a sus consejos de administración los mismos políticos que iban regulando un sector tan vital como próspero, al tener un volumen de negocio de más de 95 mil millones de euros (dos billones 280 mil millones de pesos) al año. Es lo que algunos expertos definen como el círculo vicioso de la corrupción, las puertas giratorias.
En plena crisis de los precios de la electricidad en España, que en los últimos 10 días han registrado hasta cinco récords históricos, el último de casi 300 euros el megavatio hora (MWh), 500 por ciento más que hace sólo tres años, también trascendió una noticia que soliviantó aún más a la opinión pública española. Un líder histórico del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y figura prominente del socialismo madrileño, Antonio Miguel Carmona, se convirtió de un día para otro en el vicepresidente de Iberdrola, la empresa energética hegemónica en el sector y a la que señalan como una de las principales responsables de la manipulación de los precios para aumentar sus beneficios.

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