Carlos Ramírez - Indicador Político
A la memoria de Luis Martínez Fernández del Campo, en cuya casa se tejió el primer acuerdo Colosio-Camacho
A veintisiete años de distancia, el asesinato del candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio sigue siendo un caso abierto, pero no un enigma: se trató de un crimen político, aún cuando sus motivaciones hayan sido las oficiales del asesino solitario. La muerte del casi seguro presidente no fue una crisis de sistema/régimen/Estado porque esos tres pilares de México siguen hoy como antes con el PRI.
En todo caso, el asesinato de Colosio representó la crisis de discontinuidad del grupo salinista que se perfilaba cuando menos dos sexenios más al frente de la presidencia. El propio Salinas ya había decidido ir por la presidencia de la Organización Mundial de Comercio, la estructura supranacional del mercado libre y globalizado. El proyecto económico de Salinas estuvo garantizado con Zedillo y el modelo transexenal del Tratado sigue latente hasta el 2024.
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