Luis Rubio - El Siglo de Torreón
Para nadie es sorpresa que el mundo se está complicando de una manera dramática. Esto no es algo nuevo: por al menos una década, todos los referentes que caracterizaron al orbe en el último medio siglo se han venido erosionando, poniendo en duda o han sido eliminados. Esto que podemos observar en la política interna ha venido ocurriendo en el mundo en general: baste ver fenómenos como el de Brexit, la elección de Trump en 2016, los gobiernos de ultraderecha en varias naciones europeas, los ataques a la Organización Mundial del Comercio y el súbito crecimiento de la migración en el mundo y sus repercusiones en las naciones desarrolladas, todo eso antes de la pandemia. Además, las fuentes de conflicto se han multiplicado y muchos de los factores de equilibrio que antes eran diversos y gozaban de amplia credibilidad, ahora prácticamente han desaparecido. El contexto, se podría decir, se ha alterado o, parafraseando a Einstein, “todo ha cambiado, excepto nuestra forma de pensar...”.
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