Alberto Aziz Nassif - El Siglo de Torreón
Hace 730 días empezó el sexenio de la 4T. En dos años se ha establecido una forma de gobernar muy polémica y, al mismo tiempo, muy consistente. No hay muchas sorpresas en la agenda que ya se había planteado, lo que ha cambiado son las condiciones del país, es decir, la llegada de una pandemia que cambió por completo las expectativas, el futuro inmediato y los planes de gobierno. En este segundo año se han profundizado las tendencias del primer año del sexenio, pero la profundidad de la crisis de salud y de la caída económica, han llevado a México a una situación mucho más difícil y problemática.
Como en otras apreciaciones globales, el mundo es otro antes y después de la pandemia del COVID, y el criterio se aplica también a este gobierno. Hace un año las preocupaciones estaban enfocadas en la falta de crecimiento del país, en el grave problema de la inseguridad y en las complicaciones de la relación con Trump y sus obsesiones con la inmigración. Sin embargo, las promesas de la 4T permanecían intactas, el futuro inmediato era una promesa para que el país pudiera crecer, para bajar la pobreza, disminuir la desigualdad y combatir la corrupción. Hoy, un año después, el panorama es completamente diferente: se calcula que la pobreza crecerá este año entre 8 y 10 millones de personas y la Cepal informa que aumentará un 6.3%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario