- La maquinaria de la Cancillería mexicana hace valer su peso en la relación bilateral y se anota un tanto tras una cruzada sin precedentes para traer de regreso al general detenido en Nueva York
DAVID MARCIAL PÉREZ - PABLO FERRI - México - El País
Desde la cárcel de Nueva York, el general Salvador Cienfuegos escuchó el 6 de noviembre cómo la juez Carol B. Amon le leía por primera vez los cargos que se le imputaban: narcotráfico y lavado de dinero. Se declaró inocente y volvió a la celda a esperar la siguiente audiencia. El viernes 13, la defensa del exjefe máximo del Ejército mexicano solicitó una ampliación del plazo previo a la apertura del juicio. Una petición habitual en este tipo de casos, complejos y con montañas de documentación, con la que las partes suelen buscar ganar tiempo para preparar sus estrategias procesales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario