- Lo que hemos visto en estas últimas semanas es un ejercicio de Gobierno en tiempo real. Para cualquiera que esté sintonizando las llamadas “mañaneras” sabrá a qué me refiero
Jorge Zepeda Patterson - El País
Si las crisis sirven para sacar lo mejor y lo peor de las personas, la del huachicol, tragedia de Hidalgo incluida, ha mostrado para bien y para mal las costuras del Gobierno de López Obrador. Por más loable que sea el propósito de atacar el robo masivo de combustibles, es obvio que la estrategia resultó apresurada y no se midieron cabalmente las consecuencias o los mecanismos necesarios para atenuarlas. Pero, por otro lado, ha resultado impresionante la velocidad y la capacidad de respuesta día por día, y casi hora por hora, de parte del presidente.
Un rato después de la explosión López Obrador había acudido al lugar y conversado largo con los habitantes de la región. Y aquí habría que recordar que Enrique Peña Nieto nunca se atrevió a visitar Ayotzinapa en los cuatro años que siguió gobernando tras la desaparición de los 43 estudiantes.
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