lunes, 28 de enero de 2019

EL AGUJERO SIN FIN DE LA BANCA ITALIANA

  • El toque de atención del BCE al Monte dei Paschi di Siena vuelve a disparar las alarmas sobre la salud del sistema financiero local
Lorena Pacho - Roma- El País
Los bancos italianos han empezado el año con turbulencias. La semana pasada, Monte dei Paschi di Siena (MPS), rescatado por el Estado en 2017, reconoció que había recibido un aviso del Banco Central Europeo (BCE) por deficitaria situación de capital. A esta coyuntura se suman las dificultades de la Banca Carige, intervenida por el propio BCE, y que se ha convertido en la última piedra en el zapato del ya de por sí convulso sistema bancario local, que logra mantenerse en pie con no pocos esfuerzos y que durante los últimos años ha arrastrado problemas endémicos de fragmentación, sobrecapacidad y activos improductivos. En Italia los préstamos morosos se situaron en torno al 10% en el primer semestre de 2018 frente a la media europea del 3,5%, según datos de la Autoridad Bancaria Europea. La situación no llega a ser alarmante por el momento, pero está lejos de ser una balsa de aceite, como señalan todos los analistas consultados.

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