- Las falsedades de los republicanos son extremas, como la que retrata la caravana de migrantes como una gran invasión
Paul Krugman - El País
Durante mi primer año como columnista de The New York Times no se me permitía usar la palabra “mentira”. Ese primer año coincidió con las elecciones de 2000, cuando George W. Bush, de hecho, faltaba sistemáticamente a la verdad respecto a sus propuestas económicas, diciendo cosas falsas sobre quién se beneficiaría de la rebaja de impuestos y sobre las repercusiones que tendría la privatización de la Seguridad Social. Pero la idea de que el candidato presidencial de un gran partido pasase de maquillar sus propuestas a mentir directamente parecía intolerable, y se consideraba que decirlo era pasarse de castaño a oscuro.
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