domingo, 2 de abril de 2017

¿Y ENTONCES QUÉ?

  • Vemos a los partidos políticos denunciándose mutuamente y exhibiendo sus irregularidades pero, eso sí, siguen disfrutando de los recursos públicos sin la menor vergüenza. 
Enrique Del Val Blanco - Excélsior
Tuvo razón el Presidente de la República cuando, al inaugurar el Tianguis Turístico de Acapulco, expresó que “no vivimos en el peor de los mundos”, pero todo apunta, diría yo, que para allá vamos.
Nuestro director, Pascal Beltrán del Río, en una columna de esta semana, menciona atinadamente que en términos generales la sociedad se involucra poco cuando ve acciones irregulares y hace como si no pasara nada. El mejor ejemplo es el caso de los llamados Centinelas, jóvenes con recursos económicos que golpean a otros indefensos, sólo por el placer de hacerlo y, además, lo filman y lo suben a la red. Por lo que se sabe, cuando se ha detenido a alguno de ellos, se ha llegado a un acuerdo económico con las víctimas, sin que se proceda contra los agresores. Es decir, si tengo dinero puedo golpear a quien sea y después pago la multa, una cantidad al agredido y todos contentos. Esto es una muestra de que algo grave está pasando en la sociedad mexicana.

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