Enrique Quintana - El Financiero
En las redes sociales, desde el sábado por la noche y hasta el día de ayer, pueden encontrarse amplias referencias respecto a la ‘conspiración’, detrás de la detención de Javier Duarte en Guatemala.
Que si hubo un acuerdo para canjear la detención por la inmunidad de la familia; que si se eligió la ‘Semana Santa’ para que se diluyera el impacto; que si el viaje de la familia fue para despedirse, porque sabían que iba a ser detenido, y súmele toda una serie de especulaciones. Todas caben.
La única que parece fuera de lugar, porque nadie la refiere es la que alude al azar, es decir, la que refiere a la circunstancia de que precisamente ahora se encontraron las pistas suficientes para determinar la localización de Duarte, al margen de tiempos electorales.
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