- En cuanto Estados Unidos decida que las normas no rigen, los intercambios internacionales se convertirán en una batalla campal
Donald Trump se puso a tiro de piedra de la Casa Blanca —Comey y Putin hicieron el resto— gracias al abrumador respaldo de los votantes blancos de clase trabajadora. Estos votantes confiaron en la promesa de recuperar empleos industriales de calidad para Estados Unidos, y no se creyeron la más creíble amenaza de que les quitaría la atención sanitaria. Les espera un duro golpe.
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