domingo, 29 de enero de 2017

EN EL TIEMPO DEL NO PUEDE SER

Rolando Cordera Campos -  Periódico La Jornada
Llevamos semanas con la frase no puede ser, para seguir con esto es increíble. Para luego, con el andar de las horas, caer en cuenta de que sí puede ser y de que eso de lo increíble no tiene lugar en la racionalidad de la nueva normalidad impuesta por Mr. Trump. Más nos vale empezar a acostumbrarnos a este tiempo que dejó atrás el nunca jamás, con que le encantaba bromear al amigo Armando Labra.
Ahora tenemos que hablar del poder constituido a golpe de votos y artificios arcanos y asumir que detrás del increíble triunfo de Trump están millones de estadunidenses que lo eligieron y no lo hicieron por ocurrencia o ganas de vacilar. Fue por convicción, airada y llena de ira, bien arraigada en una triste experiencia de olvido, desempleo y subempleo, desdén elitista y el enojo ante los panoramas de igualitarismo que el gran y largo reclamo por los derechos ha traído consigo en Estados Unidos. Paradójico sin duda, pero en buena parte la andanada trumpiana se nutrió de los avances que en materia de igualdad ha alcanzado la sociedad estadunidense y que Obama impulsó como pocos.

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