- Pekín avanza sus pasos para ocupar el vacío que dejará el nuevo proteccionismo estadounidense
En una de las últimas actividades del Gobierno chino antes de la pausa por el Año Nuevo lunar, el primer ministro, Li Keqiang, habló por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel. El mensaje: que ambos países deben garantizar la estabilidad del sistema económico internacional ante los actuales “momentos de incertidumbre” en el mundo. Unos tiempos que se han precipitado con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y que han abierto una oportunidad a Pekín para dibujarse como baluarte del orden mundial.
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