viernes, 27 de enero de 2017

EN DEFENSA DE MÉXICO

  • La comunidad iberoamericana debe apoyar a un socio acosado por Trump
El País
La cancelación por parte del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, de su visita a Estados Unidos, inicialmente prevista para el próximo martes, es la única respuesta lógica ante la agresividad que el presidente Trump viene manifestando contra su país y sus gentes, a los que ha acusado en repetidas ocasiones de ladrones y criminales.
Muchos sostuvieron que la retórica electoral de Trump pasaría a un segundo plano una vez conquistada la Casa Blanca, inaugurándose entonces, como suele ocurrir en política, un proceso de ajuste entre las promesas de campaña y las limitaciones impuestas por la realidad a la acción de gobierno. Algunos de los que pensaban eso, como el propio Peña Nieto, ignoraron las abundantes señales de que Trump no era un candidato normal y prefirieron optar por una visión benigna y apaciguadora. Es lo que hizo el presidente mexicano pese a haberse reunido en su residencia oficial en Los Pinos en agosto pasado con el entonces candidato Trump en una incomprensible y desafortunada visita que no logró su aparente objetivo de lograr que este desistiera o matizara sus propósitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario