El debate legislativo sobre el marco jurídico para la operación de las fuerzas armadas en circunstancias de riesgo de la seguridad interior debe tomar en cuenta cuando menos tres situaciones:
1.- El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, acertó al situar el papel temporal y circunstancial de las fuerzas armadas: regresar a los cuarteles “cuando las condiciones del país así lo permitan”. Todos olvidan que las condiciones de hace diez años hablaban de un crimen organizado disputándole soberanía territorial al Estado nacional; Juárez en el siglo XIX no vaciló en usar la fuerza letal tipo Tribunal de la Acordada contra salteadores.
Las únicas condiciones que se necesitan para regresar a los militares a sus cuarteles son las que señalen que el Estado --gobiernos, partidos, sociedad-- retomó el control social del país.
2.- Una iniciativa de ley de seguridad interior para regular la actuación de las fuerzas armadas escaló a acusaciones de cuartelización, militarización y golpe de Estado. Pero el escenario es otro:
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