Es cierto que el país requiere certidumbre. Pero cuando cambian las circunstancias y se prevé enfrentar desafíos no considerados, es necesario corregir lo planeado. La elección de Trump ha modificado drásticamente las expectativas mediatas y, más aún, las inmediatas. A nivel global los riesgos de que vivamos tiempos recesivos se han incrementado. Para México las primeras medidas que ha anunciado el próximo presidente de Estados Unidos indudablemente afectarán las principales variables económicas con las que se hizo la planeación presupuestal. Los flujos de inversión extranjera que llegarían a México se han detenido y, en algunos casos, sabemos que se han redirigido. La inversión nacional también se ha paralizado.
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