Luego de tres años de crecimiento inédito en el presupuesto para ciencia, tecnología e innovación en México, que arrancó con la promesa presidencial de alcanzar al final de la presente administración uno por ciento del producto interno bruto (PIB), ingresamos desde finales de 2015 –con el primer recorte al presupuesto– a un periodo de estancamiento en el crecimiento del gasto. Ahora, con la propuesta presupuestaria para 2017 entregada el jueves por el nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, a la Cámara de Diputados, aparecen claros signos de regresión. Más allá de las diversas apreciaciones que se puedan tener en torno a lo anterior, eso muestran lo datos.
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