lunes, 8 de agosto de 2016

ORTEGA SE QUITA LA MÁSCARA

  • Ha sido esa democracia la que Ortega ha ido retorciendo desde que recuperó la presidencia en 2007

El País
Daniel Ortega, líder de los sandinistas y presidente de Nicaragua, ha dado un paso más en su deriva totalitaria. En junio ya maniobró para despejar el camino y conquistar su tercer mandato consecutivo en las elecciones de noviembre. Consiguió que la Corte Suprema anulara la candidatura de su rival Luis Callejas y forzó así a la oposición a renunciar a presentarse. Poco antes había logrado que los comicios se realicen sin la presencia de observadores internacionales. Pero ha sido esta semana cuando ha revelado la perversa envergadura de su proyecto. Con el nombramiento de su esposa, Rosario Murillo, como candidata a la vicepresidencia, asegura la continuidad en el poder de su círculo familiar. Y recupera así, en una vuelta de tuerca de amarga ironía, la abyecta tradición de la dictadura dinástica que en siglo XX fue encarnada en su país durante 45 años por los Somoza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario