El 24 de julio pasado, miles de trabajadores se movilizaron en Chile exigiendo el fin de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), creadas por Pinochet en 1981, con el fin de manejar a través de cuentas individuales las pensiones de los trabajadores y las trabajadoras chilenos. Equivalen, pues, a las Afore mexicanas. La protesta chilena se denominó No más AFP, y tuvo su origen en el incumplimiento de las promesas que había contraído el gobierno de Chile de que a través de la administración privada de los fondos de pensiones los trabajadores recibirían, al momento de su jubilación, al menos 70 por ciento de su salario. A la hora de la verdad, muchas de ellas apenas alcanzaban el salario mínimo. También protestaban por las comisiones injustificadas y por los altos salarios y prestaciones que gozan los ejecutivos de estas empresas. Todo, con el dinero de las y los trabajadores.
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