- Entre las medidas adicionales está una limitación de 200 euros por persona en los cajeros
- Tsipras asegura que los salarios, pensiones y ahorros de los griegos están garantizados
- Lagarde sugiere una reapertura de negociaciones
Corralito en Grecia y camino de una crisis del euro de gran calibre. El Banco Central Europeo (BCE) apretó este domingo el botón nuclear: racionó la liquidez de emergencia del sistema financiero y con ese sutil movimiento obligó a Atenas a anunciar el cierre de los bancos, de la Bolsa y la imposición de controles de capital para evitar el colapso. Fráncfort mantuvo la respiración asistida, pero no dio ni un solo euro más a las maltrechas entidades helenas, a pesar de las continuas retiradas de depósitos desde la convocatoria del referéndum del domingo sobre el plan europeo. Sin bancos, la crisis pasa a un estadio alarmante. Y no solo para Atenas. Liderada por una Francia cada vez más nerviosa, Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteraron que mantienen abiertas las líneas de negociación, pero Grecia y el euro se adentran en tierra desconocida, a no ser que se produzca un giro de última hora.
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