domingo, 29 de marzo de 2015

DISCIPLINA Y CIVILIZACIÓN

Luis Rubio / El Siglo de Torreón
En su ensayo sobre la crisis de la educación publicado en 1954, Hannah Arent critíca a la filosofía que coloca al niño en el centro del sistema educativo. Su argumento es que un sistema educativo permisivo genera un daño irreparable porque conduce al desarrollo de una niñez berrinchuda, demandante e irrespetuosa, donde los padres ceden su función de educadores en aras de convertirse en amigos de sus hijos lo cual, afirma, ha producido generaciones de adultos que nunca llegan a serlo. El ensayo me hizo meditar sobre la radicalización de la juventud mexicana y lo que eso augura para el desarrollo del sistema político, que por fuerza debe ser participativo y a la vez funcional.

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