- Sin lugar a dudas, entenderse con Estados Unidos es uno de los retos principales de la presidenta electa, pero lograrlo no será fácil. La relación atraviesa momentos muy complejos.
Sheinbaum. Retos a la vista. Foto: Miguel Dimayuga
Por Olga Pellicer - Proceso
Pocas veces el resultado de una elección presidencial, como la que tuvo lugar el 2 de junio en México, había dado lugar a tantas reflexiones sobre la naturaleza del régimen político que dominará en el país a partir de la toma de posesión de la nueva presidenta el 1 de octubre. Brevemente resumidas, las especulaciones oscilan entre la continuidad de un régimen altamente ideologizado, con un partido hegemónico bajo el mando de la Presidencia, o un régimen pragmático dispuesto a defender intereses nacionales en el marco de una economía mixta fuertemente vinculada a Estados Unidos.
El triunfo de la candidata oficial era previsible, no en balde el presidente López Obrador invirtió tantos recursos mediáticos y financieros en promoverla a través de todo el país. Lo que no era previsible era que la magnitud del triunfo obtenido profundizaría temores entre los círculos financieros, preocupados por la adopción de medidas contrarias a la certidumbre jurídica necesaria para querer invertir en México.
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