- La tarea para la dupla es “socializar” la reforma judicial y tranquilizar a inversionistas y empresarios de EU.
Mario Maldonado - El Universal
anuncio de los primeros integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum tuvo efectos positivos en los mercados financieros y en la opinión pública, por el perfil técnico, académico y experimentado de quienes van a ocupar seis de las principales secretarías de Estado el próximo sexenio. Este fue el objetivo principal de la presidente electa, y salió bien. Pero detrás de dos nombramientos, el de Marcelo Ebrard y el de Juan Ramón de la Fuente, hay otros mensajes, particularmente dirigidos a Estados Unidos.
La temprana designación de Juan Ramón de la Fuente como secretario de Relaciones Exteriores, y de Marcelo Ebrard como secretario de Economía, busca que desde ahora, en la transición, se vayan generando acercamientos y acuerdos con Estados Unidos, que es una de las principales preocupaciones de Sheinbaum para el arranque de su gobierno, sobre todo por el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en noviembre.
La mancuerna Ebrard-De la Fuente luce capaz y estratégica, pero no asegura un éxito ante un impulsivo Donald Trump que retomará en su campaña los temas migratorios, de seguridad, de combate al tráfico de drogas –el fentanilo, principalmente– y comerciales, los cuales hace nueve años tensionaron a un grado máximo las relaciones entre México y Estados Unidos. Lo mismo ocurre con Joe Biden, quien buscará la reelección y tendrá que elevar el tono en su campaña, sobre todo a raíz de los cuestionamientos por su estado de salud, poniendo cierto foco en las problemáticas de México.
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