Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
A la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, la han matado políticamente en infinidad de ocasiones. Lo mismo en columnas políticas que en las versiones y rumores que sueltan intencionadamente sus malquerientes dentro del mismo gabinete presidencial sobre su “inminente renuncia”.
Llevan dos años asegurando la exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación “ya cayó de la gracia del presidente”, que “su sucesor ya tiene nombre” y que su salida del gabinete se producirá “en los próximos días, semanas o meses”, sin que hasta ahora se hayan cumplido los nefastos anuncios que se ciernen sobre la inquilina del antiguo Palacio de Covián.
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