Carlos Ramírez - Indicador Político
Cuenta la tradición oral del sistema político priísta de todo presidente de la República busca imponer un sucesor a modo para seguir ejerciendo el poder más allá del límite sexenal. Sin embargo, ha quedado muy claro el régimen priísta es una monarquía unipersonal sexenal, hereditaria y no continuista.
El presidente Carranza en 1920 buscó poner como candidato al ingeniero Bonillas para seguir ejerciendo el poder, pero se encontró con el alzamiento del general Álvaro Obregón; este sonorense, genio militar y político, construyó un poder sistémico que le permitió poner a su sucesor para que cambiara la Constitución y le permitiera el regreso a la presidencia en 1924. Plutarco Elías Calles cumplió con su tarea, pero la reelección de Obregón se frustró en el magnicidio en el parque de la bombilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario