Rolando Cordera Campos - Periódico La Jornada
Por supuesto que lo que el Presidente diga o haga tiene implicaciones sobre la coyuntura política y desde luego sobre las decisiones de los actores económicos, inversionistas y empresarios, pero también de consumidores, rentistas, de todo pueblo. Tratar de sacar un promedio que pueda alinear las conductas de tantos y variados agentes es punto menos que imposible, aunque muchos sigan creyendo que con las encuestas basta.
Como lo vimos en las recientes elecciones, el asunto no es lineal. Los sondeos suelen errar y llevar a equivocaciones garrafales, así en la política como en los esquivos y veleidosos mercados de dinero y capitales. Todo es incierto en ese mundo raro. Jugar a la Bolsa no ha dejado de ser eso, un juego; a pesar de la magnitud de riqueza y valor que ahí se mueve a diario. Las recientes bajas en los valores accionarios del Grupo Carso prendieron alertas en muchos mentideros de la especulación, pero lo más probable es que el grupo, rico como es, opere pronto para estabilizar los reparos del potro que los primeros informes sobre la línea 12 del Metro dejaron suelto.
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