Agencias
Ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló la entrada de papa americana a territorio mexicano, nos viene a la memoria el caso del pollo americano, el cual entró en el TLC en el año 2003, con la promesa de productos de calidad y precios bajos, a costa de la destrucción de la industria nacional.
Una de las prácticas comunes de estas importaciones radicó en que el productor estadounidense enviaba a México todo lo que el consumidor de aquel país no quería, como las piernas, las alas, las patas y las menudencias, vendiéndolas a bajo costo. De esta manera, el consumidor mexicano comenzó a elegir estos productos, que dieron un golpe casi mortal a la industria mexicana.
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