Diego Petersen Farah - Sin Embargo
Lo lograron. Los diputados se despacharon de un plumazo, al más puro estilo de la administración morenista, con más injundia que argumentos, 109 fideicomisos con los que el Gobierno Federal operaba todo tipo de asuntos, desde la atención a víctimas hasta el fomento al deporte. Falta la opinión del Senado, pero no∫ hay mucha esperanza de que el nivel de discusión sea distinto.
Los fideicomisos se pusieron de moda en los años noventa y principios de los dos miles para solventar la falta de programas multianuales en el presupuesto. Un fideicomiso permitía, por ejemplo, acumular dinero de un año a otro para un obra de larga duración. El mismo López Obrador los usó para construir los segundos pisos de la ciudad de México, la obra más polémica y opaca de sus paso por la capital. Con el argumentos de que en los fideicomisos había corrupción, aviadores y privilegios, dictado desde el púlpito del presidente, los diputados de Morena se fueron contra los ellos sin distinciones ni argumentos, solo con obediencia y coraje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario