miércoles, 7 de octubre de 2020

ENFERMO DE SOBERBIA

  • El virus no discrimina, pero el tratamiento médico sí.

Dolia Estevez - Sin Embargo

Trump lleva meses peleado con la ciencia y la verdad. Foto: EFE.

Washington, D.C.— Violó la sana distancia en eventos en la Casa Blanca y en mítines proselitistas que resultaron en la muerte de un cercano colaborador, celebró la convención partidista con montones de gente, ridiculizó a su contrincante, a colaboradores y periodistas por usar máscaras, y engañó al pueblo estadounidense sobre el peligro del coronavirus. La causa del contagio de Donald Trump tiene un nombre: soberbia. Enceguece al hombre y empodera el ego.

El viernes, Trump fue internado en el hospital militar Walter Reed tras dar positivo de COVID-19. Los médicos trataron de restarle importancia. Pese a dificultades para respirar y fatiga, ofrecieron un reporte color de rosa. Bajo presión de la prensa, admitieron que tuvo dos episodios alarmantes por falta de oxígeno. Lo pusieron en esteroides. Sin embargo, el lunes fue dado de alta a 72 horas de ser hospitalizado. Trump tuiteó que se siente mejor que hace 20 años, quizá por los esteroides y el torrente de medicamentos. Exhortó a la gente a no temer al virus. Es fácil para él decirlo cuando tiene a su servicio la atención médica más poderosa del mundo.

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