- La oposición tiene dos años dedicada a golpear la imagen del presidente, pero poco o nada a construir una propuesta verosímil para enfrentar los problemas que angustian a los mexicanos
Jorge Zepeda Patterson - El País
Plantón del Frente Nacional Anti AMLO (Frenaa), en Ciudad de México, en septiembre.NAYELI CRUZMás allá de aciertos o desaciertos en su Administración o de lo desgastante que resulte la pandemia y la crisis económica, Andrés Manuel López Obrador disfruta de la enorme ventaja de que su mayor opositor no es un López Obrador, sino un Frente Nacional Anti AMLO (Frenaa).
Que el principal movimiento en contra del presidente se llame Frenaa dice mucho sobre la incapacidad de la oposición para pasar de la irritación o de plano del berrinche a la construcción de una alternativa. La revisión de los argumentos de Frenaa para repudiar al presidente son aún más reveladores de la pobreza de estos sectores para constituirse en una alternativa viable. Afirman que hay que destituir a López Obrador porque es comunista, apoya el aborto y a los homosexuales y es enemigo de la Iglesia. La apreciación no solo es falsa, incluso si no lo fuera constituye muy poco material para construir un movimiento de oposición efectivo, ya no digamos atractivo al grueso de la población preocupada por los problemas crónicos de México.

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