Cuando al fin México logre la extradición de Rafael Olvera Amezcua, dueño de la Financiera popular Ficrea y con base en el proceso se le incauten sus propiedades en Estados Unidos, gran parte de los 6,800 damnificados por el fraude estará dos metros bajo tierra
Bajo el señuelo de un rendimiento anual de 10% al año, varias decenas de ancianos colocaron en la ratonera los ahorros de toda su vida en la esperanza de sobrevivir de los intereses.
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