- La capital mexicana aprueba una ley para prohibir las bolsas y los envases no biodegradables, tras dos intentos frustrados
No hay un solo rastro de agua. La capa de plásticos es tan espesa que es difícil concluir si el canal está seco o pasa corriente. Hay productos de limpieza, garrafas de aceite, bolsas, botes de champú, botellas de refresco y un sinfín de recipientes más. La montaña de plástico es de tal magnitud que se atora bajo uno de los puentes que cruza este canal, cercano a la presa Mixcoac, en el suroeste de Ciudad de México. Uno de los operarios de la zona cuenta desesperado: “Estuvimos aquí limpiando una semana, regresamos dos días después y estaba de nuevo igual”.
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