Cuando le preguntaron si no estaba preocupado porque la ausencia de un precandidato nominado le estaba dejando la plaza a López Obrador, el presidente Peña Nieto afirmó que eso no le inquietaba porque el aparato político de propaganda del sistema priísta podía posicionar a cualquiera.
La realidad comienza a preocupar a los priístas: José Antonio Meade fue precandidato único y su posicionamiento en las encuestas no ha llegado siquiera al nivel que tuvo Miguel Angel Osorio Chong como precandidato. Si el priísta-no priísta se queda en tercer sitio al arrancar las campañas formales en febrero, difícilmente podría abandonar el tercer lugar.
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